"Esta escuela antes no tenía nada. Soportábamos la lluvia, el sol y el viento. Luego vino el terremoto. No teníamos recursos; nos faltaba mucho para reconstruir. Y esta escuela de ahora, una vez soñé con ella, pero nunca imaginé que sería así. Resultó incluso mejor que el propio sueño. De verdad, gracias".

Este sincero mensaje nos llega de Maura, una profesora de Santa Ana Necoxtla, Puebla (México), donde recientemente hemos celebrado la finalización y entrega de escuelas nuevas, sostenibles y resistentes a los terremotos. Hoy, más de 360 niños vuelven a tener aulas seguras, lugares que alimentarán el aprendizaje de las generaciones venideras.
Construido en colaboración con la comunidad local, el proyecto incluye el Albergue Escolar nº 48, que ofrece alojamiento durante la semana a los niños que se desplazan desde hogares vulnerables para asistir a la escuela, y mejoras en tres escuelas cercanas con aulas seguras y sostenibles, baños modernos, instalaciones de agua, saneamiento e higiene, una cocina de bambú, recogida de agua de lluvia y acceso a ordenadores. Además, construimos un nuevo parque infantil a medida que verá crecer y jugar a generaciones de niños.
La finalización de este nuevo programa es también una celebración de la fortaleza de la comunidad. Tres mujeres locales formadas en nuestro Programa de Albañilería Femenina contribuyeron con sus habilidades a esta reconstrucción, dejando tras de sí un legado de fortaleza y progreso para las generaciones futuras.

Ocho años después de los devastadores terremotos de 2017, esta entrega es un poderoso recordatorio de lo que es posible cuando trabajamos juntos: escuelas seguras, futuros más brillantes y esperanza que perdura.
















