Nuestro equipo ha estado trabajando con enfoque y dedicación para que la construcción siga avanzando, acercando a los niños de Santa Ana Necoxtla a un lugar seguro y acogedor para aprender.
En tan solo unos días, vertimos con éxito tanto la losa del suelo como la viga superior, un hito que pone de relieve no solo el progreso físico de la escuela, sino también nuestro compromiso con la construcción sostenible.


Lo que hace que este momento sea aún más significativo es la forma en que se logró. Cada gota de agua utilizada en estos vertidos procedía del agua de lluvia recogida a través del sistema de recogida de agua de lluvia que instalamos a principios de verano. Desde el 24 de julio, el sistema ha captado más de 16.000 litros de agua directamente del cielo. Gracias a este recurso, hemos podido reducir la dependencia de fuentes externas de agua, al tiempo que garantizamos un planteamiento más ecológico y sostenible de la construcción.

Este hito es más que hormigón y vigas. Es un paso hacia un futuro en el que los niños de Santa Ana Necoxtla puedan prosperar en una escuela vibrante y resistente, construida con cuidado tanto de la comunidad como del medio ambiente.